«Consideren un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se repara, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio, y si está abandonado, es posible que sea ocupado por ellos o que prendan fuego dentro”. Esta es la principal conclusión surgida del experimento que, en 1969, realizó Philip Zimbardo, de la Universidad de Standford (EE.UU.)
La cosa fue así. Zimbardo abandonó un coche en las descuidadas calles del Bronx de Nueva York, con las puertas abiertas. Su objetivo era ver qué ocurría. A los 10 minutos, empezaron a robar sus componentes. A los tres días no quedaba nada de valor. Luego empezaron a destrozarlo. El experimento tenía una segunda parte: abandonó otro coche, en parecidas condiciones, en un barrio rico de Palo Alto, California. No pasó nada. Durante una semana, el coche siguió intacto. Entonces, Zimbardo dio un paso más, y golpeó algunas partes de la carrocería con un martillo. Sorprendentemente al cabo de pocas horas el coche estaba tan destrozado como el del Bronx. Una ventana rota envía un mensaje: aquí no hay nadie que cuide de esto.
Es una buena enseñanza para personas como nosotros, las que trabajamos en el área de Administración, Compras y Patrimonio del Consorcio “Fernando de los Ríos”, quienes tenemos entre nuestras funciones la conservación del patrimonio de la red Guadalinfo. Los miles de ordenadores, periféricos y muebles que contienen los centros Guadalinfo son las herramientas con las que se moldean los proyectos de innovación social que surgen constantemente en cada rincón de Andalucía. De ahí su importancia y también de ahí el reto que supone mantenerlos siempre operativos, evitando el deterioro de la red.
No es fácil. Mantener un inventario actualizado de una red como esta exige la colaboración de dinamizadores, ayuntamientos y empresas contratistas. Además, los robos que a veces se producen en los centros nos obligan a contratar seguros y a hacer continuas reposiciones. Pero cualquier esfuerzo estará bien empleado para conseguir nuestro objetivo: mantener la red en perfectas condiciones, conseguir que los centros estén siempre operativos, y que los ciudadanos y ciudadanas puedan servirse de ellos de acuerdo a las capacidades con las que fueron originalmente concebidos.
No queremos “ventanas rotas” en Guadalinfo. El contenido de los centros es la herramienta con la que se forjan los proyectos de transformación social que todos esperamos. Por eso, conservar la red es un compromiso en el que todos debemos implicarnos: usuarios, ayuntamientos, dinamizadores y Consorcio. El único deterioro aceptable es el del uso intensivo y eficiente a lo largo del tiempo, aquel que nos habrá hecho mejores a todos y que habrá dado sentido al contenido de nuestra red.