En estos momentos de crisis económica, alto nivel de desempleo y pérdida de imagen de nuestro país, hay que salir del círculo vicioso del pesimismo mirando al futuro con valentía.
El modelo económico actual parece agotado, es necesario un mayor esfuerzo en las inversiones en investigación, desarrollo e innovación, pero ¿dónde están los recursos?, hay que combinar las políticas de austeridad con las inversiones en I+D+i, y para ello es útil la CPP o Colaboración Público Privada (PPP Public Private Partnership).
Utilizadas tradicionalmente para la construcción de grandes infraestructuras como autopistas y autovías, servicios de aguas, sanidad o edificios públicos, ha llegado el momento de profundizar en su definición y regulación para promover la eficiencia en los servicios públicos a través de la distribución de riesgos, el aprovechamiento de los conocimientos y la experiencia de ambos sectores, al tiempo que se alivia la presión sobre las cuentas públicas.
La CPP debe ayudar en el proceso de recuperación económica participando en un desarrollo estructural a largo plazo de las infraestructuras y los servicios, creando al mismo tiempo mercados que serán la base de la prosperidad en el futuro, sectores como las investigaciones médicas, ambientales, energéticas, sociedad de la información, etc.
La CPP deviene en un mayor control de varios aspectos como son el déficit público, los costes y plazos de ejecución o los costes de mantenimiento al tiempo que permite aplicar fórmulas flexibles que no suponen la pérdida del control del servicio por parte de las administraciones públicas generando un incremento de la actividad económica y del empleo.
Este diálogo y encuentro entre las administraciones públicas y el sector privado persigue la optimización del uso de los recursos públicos y al tiempo dar respuesta eficazmente a las necesidades económicas y sociales.
La UE viene trabajando en esta línea dedicando amplios recursos a la mejora de la CPP.
El sector público ha de cambiar su papel en el ámbito económico dejando de ser operador directo y transformándose en organizador, regulador y fiscalizador.
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